dissabte, 18 de febrer del 2017


"Poco maquillaje, 
mucha sonrisa"


Roma, Florencia, Milán, Venecia...ciudades que no dejan indiferente a quien las visita o pasa por ellas alguna vez en su vida. Yo tuve la suerte de conocer Florencia a los quince años. Sí, la edad "bella y loca", y pensé: "aquí tengo que volver". La vida me ha regalado volver a ella con quienes más quiero...mi familia, marido e hijos. Y, como acostumbramos a viajar en coche, nada mejor que recorrer Italia por carreteras secundarias, a través de las cuales uno llega a pequeñas ciudades que Pedro Bosqued ha tenido a bien ilustrar en este poético libro y describirlas con gran belleza.

Ferrara, Siena, Vicenza y Arezzo, entre otras, son ciudades de menos de doscientos mil habitantes; ciudades en las que el paso de la historia ha dejado su huella y en las que pasear por ellas se convierte en un placer indiscutible.

Pedro Bosqued convierte en poesía lo que, de entrada, una compra para satisfacer la  curiosidad viajera a través de pequeñas narraciones. Pero, nada más empezar con el primer capítulo, dedicado a Cremona- tierra de excelentes luthiers como Stradivarius o Guarneri-, ya me di cuenta que estaba ante un libro especial. Transmite sensaciones, colores, emociones...tal como su escritor informa, es un libro escrito en momentos del año llamados "meses valle y grises"...y se percibe, ¡vaya si se percibe! Cada capítulo es evocador de recuerdos para los que hemos pisado las calles de algunas de estas ciudades; pero, también, balanceo e impulso hacia nuevas pieles....y es que, Pedro Bosqued, a través de esta metáfora, nos presenta, no sólo la epidermis, sino la dermis de cada una de ellas.


"Esta es la piel más bonita de las que no se muestran. (...) Saben que en la dermis se juega la estructura de las cosas, que la epidermis es para las fotos. Y Padua no necesita un icono para las postales, le basta con ser visitada. Nada la puede retratar más." (p.34)



(Véneto, 2010. Fotografía: Marta Millà)

Así pienso yo de cada una de estas ciudades...sólo podemos retratar con la mirada, con cada una de nuestras pisadas; en Italia no podemos ser turistas de la epidermis...debemos adentrarnos y vivir la dermis: la historia que recorre cada calle, los mercados encontrados al azar, la música que se oye en cada rincón, el sonido de los adoquines al pisar, el silencio de las noches y su variopinta y rica gastronomía...tan rica gastronomía (¡) que el escritor lleva a comparar el delicioso dulce de milhojas con la sublime Siena, ciudad de los 17 contrade. 



(Siena, 2010. Fotografía: Marta Millà)
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"Hay pieles que no admiten caprichos, solo buscan ser agradables al tacto. Ser útiles y conseguir que el resto, al encontrarse con ellas, se mueran de deseo por permanecer. Suelen ser pieles que no se venden, se cuidan y solo las conocen quienes olvidan las prisas y el tiempo, y con tiento y sentidos abiertos, están dispuestos a tocarlas." (p. 135)

Gran libro de Pedro Bosqued, farmacéutico de Zaragoza que un día decidió escribir sobre esta Italia con "poco maquillaje, pero mucha sonrisa..." y nos ayudó a entender que hay pieles en las que uno desea permanecer. 


(Ilustración: Biblioteca de New York)

"Pieles de Italia", Pedro Bosqued. Editorial Confluencias, 2015.